Nuestra Señora de los Dolores, Izalco, Sonsonate

((Reportaje especial))

«La Virgen Dolorosa, Madre del Nazareno»
Por: Mario René Vanegas
Redacción e información de Texto: Profesor Edgar Avelar.
#MaterDolorosa
#MaríaEnElSalvador
Aunque persiste la incertidumbre con respecto al origen de nuestro Nazareno, tenemos como certeza incuestionable que tanto la Cofradía como la incipiente Hermandad, no contaron nunca con una Imagen de la Madre del Señor.
Esto significa que las Procesiones de esas Semanas Santas, eran realizadas en ausencia de la Dolorosa; sólo a Jesús se procesionaba. Pasó mucho tiempo para que la Junta Directiva de la Hermandad, le diera importancia a este tremendo vacío.
La tenencia de la actual Imagen de María Santísima, se la debemos a Don José Dolores Elas, quien fungiera como Presidente de nuestra Hermandad en los años 1963-1965; él tuvo a bien, hacer que El Nazareno ya no fuera solo en las Procesiones, por lo que un Jueves Santo, Jesús fue acompañado por primera por su Madre. Nos relata:
“…agarré valor, y me fui para donde el Padre Castillo, quien me quería mucho y le hice la súplica: Padre, quiero que me haga un favor, présteme a la Dolorosa para sacarla el Jueves Santo en nuestra Procesión. El Padre me dijo que con todo gusto, no sé cómo hizo que los del Santo Entierro aceptaran, pero ese año, la Dolorosa de las niñas Barrientos, esa que sacan en Los Encuentros, acompañó a Jesús Nazareno en la Procesión de los Cristos…”
Este dato fue respaldado por Don Alejandro Leme, diciendo que efectivamente tal suceso había ocurrido. Al año siguiente, nos cuenta Don José, que el Padre Castillo lo mandó llamar y que le dijo que “viera como hiciera”, porque no pensaba prestarle de nuevo la Imagen.
Contactó a un escultor de Santa Tecla, “Valdeperas” nos dice a secas –creemos que no recuerda con exactitud el nombre-, e hizo el trato de la Virgen, acordando que tenía que parecerse a la Dolorosa de la Parroquia de Dolores. Logró nuestro empecinado devoto, que la madera no corriera en los gastos, ya que le fue donada por un amigo suyo. Nos cuenta:
“La Virgen me costó ¢300, sólo la mano de obra; los ojos los pagué por aparte, me costaron ¢5 cada uno. Me la dieron sin daga; ésta fue regalada por Atilio Cruz”.
Lastimosamente a estas alturas, Don José no recuerda en qué fecha fue donada, la Daga y Resplandor de la Virgen, ni cuando comenzó a usar dichas prendas.
Una Semana Santa después del préstamo a la Parroquia Nuestra Señoras de los Dolores, procesionamos por primera vez nuestra propia Dolorosa, quien todavía acompaña al Nazareno en los actuales cortejos oficiales; contó en su primer año, según Don José, con 12 socias cargadoras.
Descripción: Nuestra Virgen Dolorosa, con su mirada al Cielo y lágrimas en sus ojos, rostro inclinado hacia la derecha, mide 1.76 m. con su peana y 1.64 m. sin ella. Sus pies están tallados completamente; sus manos están encarnadas hasta el antebrazo. De igual forma, su cuello, bajando hasta la cintura, nos muestra la huella dejada por el escultor tecleño.

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